Oscar Robles y Lucho dan la victoria al Benavente ante el Carbajosa. 2-1.

C.D BENAVENTE.-  Marco, Rafa (Hector), Alberto, Manu, Oscar Robles, Urbi, Rubi (Mario), Pepe, Lucho (Jony), Samu e Isma.

C.D CARBAJOSA.- Pepo (Alonso), Pelu, Gonzalo, Curiel, Alex, Rivas, Pablo Rodríguez (Fonseca), Manase, Juanfran, Curto (Victor) y Asier.

Ayer fue uno de esos partidos en los que el aficionado se va a casa contento. Su equipo ganó y además no se le puede pedir casi nada más porque se dejó todo sobre el campo. El Benavente de ayer fue un portento físico y sus jugadores corrieron hasta la extenuación. Así da gusto ver al Benavente, se gane o se pierda. Solamente un par de peros que se pueden objetar al respecto. Por un lado, el nudo en la garganta que supone el sacar el balón desde atrás controlado, muy buen criterio por parte de Ramón Carreño, pero a veces es demasiado arriesgado, al menos cuando la pelota merodea el área que ayer defendía Marco y un segundo pero, el sacrificar a un hombre creativo como Oscar Robles colocándolo en el centro de la defensa pensando que puede haber más variantes para sustituir a Felipe, expulsado la semana anterior, por ejemplo Mario.

Dicho esto, el encuentro comenzó con un ánimo generalizado por parte de los jugadores locales a Cristan, un jugadore de los nuevos que durante la semana ha sufrido una lesión importante y que le puede tener apartado de los terrenos de juego durante toda la campaña. Y la verdad es que en esto el Benavente está teniendo suerte en las últimas temporadas, con lesiones a las primeras del cambio de hombres llamados a ser importante.

Luego el choque. Enfrente un jugón Carbajosa que también dejó sobre el campo lo suyo y que hizo méritos para llevarse el empate porque tuvo ocasiones para ello y porque tuvo contra las cuerdas al Benavente en los primeros compases de partido y en los minutos finales cuando el Benavente cometió el fatal error de encerrarse en torno a Marco y defender el resultado que le era favorable.

Las tablas iniciales las deshizo el «Mago de la Zurda» Oscar Robles que con esa visión de juego que le caracteriza vió, en un lanzamiento de falta en el campo local, al otrora portero del Villarabo Pepo adelantado sobre el punto de penalti y no se lo pensó dos veces para desde ahí enviar un globo que se colaba en el marco charro. La alegría del jugadores y aficionados con el bello tanto que había visto a los 35 minutos de partido. Luego un par de llegadas de Rubi, quizá muy precipitado en las últimas zancadas pudieron dar mayor diferencia al equipo tomatero antes del descanso. Por parte del Carbajosa, llegadas sobre todo a balón parado que ponían en aprieto a los defensores, una salida de Marco a los pies de Juanfran cuando este le encaraba y un disparo muy manso de Curto que se fue a las manos del meta local cuando lo más fácil hubiera sido el gol.

En la segunda mitad, los visitantes volvieron a salir a apoderarse del centro del campo, cosa que consiguieron y pronto consiguieron igualar en una indecisión de la defensa y el meta Marco para que el invitado sorpresa charro Pablo Rodríguez se aprovechara de esta circunstancia y dejara con cara de bobos a todos. Corria el minuto 49 y de nuevo al Benavente le tocaba trabajar con la cabeza fría e instalar más presencia en el área contraria con nuevas llegadas aunque sin demasiada definición.

A los 57 minutos llegaba el segundo tanto local, en un balón que recoge Urbi en la frontal del área y cuando pudo haber intentado el disparo se saca un engaño que deja el balón franco para Lucho que magistralmente deja sentados a dos defensores y cruza desde el punto de penalti al primer palo haciendo inútil la estirada de Alonso. Luego llegaron minutos alternos, con un Lucho realmente envidiable en lo físico haciendo un trabajo de presión en toda la parte de adelante que quizá requería algo más de ayuda por parte de algún compañero y que más tarde le pasaría factura a modo de calambres por lo que tuvo que ser sustituido. La recta final fue para el Carbajosa que ahogó a los locales en torno a su área y que quiso pero no pudo al menos agarrar la igualada que bien pudo merecer.