Ni la victoria del Ejido le tildó de líder, ni de farolillo rojo la derrota al Benavente.
C.D BENAVENTE.- Marco, Rafa, Héctor, Alberto, Manu, Jorge, Oscar Robles, Urbi, Rubi (Lucho), Richi (Joni) e Isma.
C.D EJIDO.- César, Guiller, Dani (Piatti), Diego, Martín, Robert, Viti, Germán, Ruso (Jupe), Jon (Ferrero) y Marco.
GOLES.- 0-1 Mto 10.- Marco, 1-1 mto 69.- Richi, 1-2 mto 76.- Ferrero.
A nadie le gusta las derrotas, está más que claro, pero la de ayer es de esas que saben a victoria. Ayer visitaba el Luciano Rubio el líder de la categoría y ello dejaba en el aire cierto olor a derrota adelantada. Pero si por algo se caracterizan los equipos de Miguel Angel Nuevo, es por no vender la piel del oso antes de cazarlo y su el Ejido quería llevarse los puntos de casa del farolillo rojo tendría que dejarse todo sobre el campo. De sobras es conocida, al menos por este quien les cuenta esto, la intensidad física que Nuevo mete a sus equipos hasta la última jornada de liga y eso aunque el equipo ya esté ascendido a falta de alguna jornada como sucedió en el último ascenso del Benavente a Tercera.
Y vaya que si tuvo que sudar el cuadro leonés para llevarse una injusta victoria ante un Benavente que llegó más y que mereció al menos el empate. El Ejido se encontró, con algo que por otro lado ya esperaba, un equipo igual al que vieron en Onzonilla donde técnico y algunos jugadores leoneses estuvieron y muy distinto al que habían visto en otros partidos donde los entrenadores rivales se frotaban las manos con el abusivo juego del equipo de Carreño en zona defensiva. El Benavente comenzó jugando como un equipo totalmente remozado en su sistema de juego, con un fútbol más directo y sin arriesgar atrás en defensa, aunque de esta manera llegaba el primer gol visitante. Se corría el minuto 10 de partido cuando Rafa pierde un balón en línea de defensa que se lleva el capitán Germán, se presenta en la frontal del área, dispara y la defensa repele el balón. Este cae en la otra banda desde donde su vuelve a colgar a la frontal y donde Marco busca el disparo entre un tumulto de jugadores locales sorprendiendo a su tocayo que hace la estatua. Aprovechó ese gol el conjunto leonés para especular, de tal manera que casi desapareció del campo obligando a su capitán una y otra vez a vocear a sus compañeros para que despertaran. Esa pasividad la intentó aprovechar el Benavente, que sin un alarde de llegadas, al menos si que merodeaba el área rival con posibilidades de empatar. Y cuando esto no era posible se optaba por el lejano disparo como hizo un más que feliz Oscar Robles, por fin es su sitio, con un disparo lejano que se escapó por centímetros por encima del larguero a los 33 minutos. Luego un minuto más tarde el Benavente reclama no con demasiada intensidad una pena máxima por manos dentro del área visitante sin que se señalara nada tras el disparo de Isma. Y de esta manera se llegaba al descanso.
Miguel Angel Nuevo no vió necesidad de nuevas incorporaciones tras el mismo y confió en los mismos once que habían saltado de inicio. La salida en tromba local acorraló y metió el miedo en el cuerpo a los visitantes que perdían una y otra vez la pelota creando situaciones incómodas en defensa. Un balón colado por banda izquierda llega a pies de Richi que excesivamente escorado se ve obligado a dejar la pelota a Isma que venía desde atrás solito, recibe se entretiene y al final la pelota a córner. A la salida del mismo Urbi con cierta razón reclama al colegiado agarrón continuado que tampoco fue motivo de sanción. Los tomateros encontraron el premio al juego con el empate. Falta botada desde la banda izquierda del ataque local por mediación de Isma, la pelota se pasea por el área y Richi llega a tocar lo justo para colarla en la meta de César. Era un premio merecido, pero los jugadores locales cayeron en el error de ir rápidamente a por la victoria en lugar de cultivarla. Estábamos en el minuto 69 y le quedaba un mundo al partido. Además algunos jugadores como Richi o Isma empezaron a sufrir calambres. En uno de ellos en los que Félix Manteca tuvo que saltar a asistir al diez local, el Benavente quedó en inferioridad, que aprovechó el Ejido para pillar despistados a los defensores locales. Viti se cuela por la banda derecha de su ataque y sirve un balón al área pequeña donde Ferrero fusila a Marco cuando corría el minuto 76. Había tiempo por delante y los aficionados se sumaron desde el vallado al empuje local que pudo de nuevo conseguir igualar a los 85 minutos en una jugada similar a las del gol benaventano, solo que en esta ocasión César metió una mano abajo salvadora que evitó que su equipo no se llevara la victoria.
El partido terminó en manos de los leoneses que veían como el Benavente fisicamente estaba muy justo y con congelar la pelota y perder tiempo serviría. De hecho puedo hacer el tercero en una jugada a dos minutos del final pero Viti lo vió tan claro que su obús se fue alto cuando lo más fácil es que hubiera sido el 1 a 3.
El partido dejó algo muy claro. Una derrota local con sabor a victoria. Unos jugadores totalmente desconocidos. Unos aficionados con caras distintas y un equipo que en esta linea va a ser difícil de doblegar.