Fin a la tragicomedia. El Benavente vapuleado por el colista. 0-4
C.D BENAVENTE.- Marco, Felipe, Oscar Robles, Manu, Rafa (Richi), Urbi, Rubi, Pepe (Isma), Samu, Lucho (Diego) y Yoni.
C.D NAVARRÉS.- Victor, Manu (Castaño), Pani (Rega), Cortijo, Pablo, Abel, Cristopher, Albert (Sergio), Polín, Gonzalo y Christian.
Goles.- 0-1 mto 38.- Castaño de penalti, 0-2 mto 52.- Castaño, 0-3 mto 80.- Polín, 0-4 mto 89.- Castaño.
Hay un libro de Gabriel García Márquez, premio Nobel de literatura en 1982, titulado “Crónica de una muerte anunciada” y que muy bien encajaría en el sentir global de todo aficionado al C.D Benavente tras lo sucedido ante el C.D Navarrés.
Descontento generalizado y petición de soluciones “ya” eran los rostros y las palabras que por un lado reflejaban y por otro lado se expresan los socios y aficionados que asistieron a este despropósito general de partido. Y la verdad es que algo hay que hacer. Hay quien nos tilda de sensacionalistas o de ser muy severos en cada una de las crónicas de las que hablamos del C.D Benavente, pero no buscamos eso. Hay que contar la realidad y a los ojos de todos los que domingo a domingo, al menos bajamos al campo y algunos que siguen al club tomatero en los desplazamientos no se puede ocultar. Luego el que sigue al Benavente desde lejos que elija, pero lo que sí está claro es que esto no tiene timón de ningún tipo. El Benavente ha llamado a la puerta de la desaparición y está jugando sobre el filo de la navaja. Ya sé que son palabras muy duras, pero realistas. Cada domingo es menor el número de aficionados que bajan al campo y a tenor de lo que ven el próximo bajarán menos y así sucesivamente. No se puede ver como, domingo sí y domingo también, el Benavente juega a la ruleta rusa cometiendo los mismos errores y enseñando ante los socios y patrocinadores, que mantienen casi al equipo, la dejadez de la que se hace entrega. Expulsiones absurdas, malos rollos, el entrenador otro domingo más expulsado, el equipo acabando con ocho y medio, Manu y Oscar Robles fueron expulsados y Rubi jugó casi toda la segunda lesionado y con los tres cambios hechos. Vamos un caos de difícil situación.
Del partido o de lo que pretendió ser un partido, casi mejor olvidarlo, pero como hay que estar a las duras y a las maduras decir que el Benavente jugó ante el último clasificado el Navarrés y este terminó goleando. Quiere decir que el malo no era el Navarrés y si el Benavente. Y la verdad es que los de Navas del Rey no fue un equipo para meter cuatro, pero los buscó y se los llevó merecidamente. Y como él la mayoría de los equipos que han pasado por Benavente. Un equipo el vallisoletano muy fallón, pero que se encontró con un rival mucho peor y que a poco que hubieran tenido puntería o hubieran leído bien las últimas jugadas en las que caía repetidamente en fuera de juego, hubieran cargado el saco de goles.
El Benavente no supo si el portero visitante Victor era bueno o no. Tan solo lo probó en el minuto 80 con un disparo casi desde el medio del campo de Samu que evidentemente no tuvo problemas en atajar el meta rival. Fue la única ocasión en la que el Benavente chutó a puerta y así o empatas a cero o “tararí que te ví). Con un nuevo desorden global en el terreno de juego, donde el delantero (Lucho) juega de interior, donde un centrocampista (Pepe) de delantero centro, o el jugador más creativo (Oscar Robles) en el centro de la defensa ya se puede uno imaginar el resultado. Más si tienes la opción de hacer tres cambios y dos de ellos (Richi o Isma) no corrieron una en el tiempo que estuvieron en el campo. Que tras el uno cero, la defensa la conformen dos centrocampistas (Robles, hasta su absurda expulsión, y Rubi y un interior y lesionado Urbi) deja bien a las claras un planteamiento táctico si pies ni cabeza. Vamos que esto no se coge ni con pinzas. Si además en la grada, fuera de la convocatoria te encuentras a los defensas como Alberto y compañía, que por cierto el último domingo estuvieron en el banquillo ante el Navega, ¿qué explicación tiene?.
Ya a los dos minutos el Navarrés pudo adelantarse, pero uno de esos errores de los que anteriormente hemos hablado se lo impidió. El jugador vallisoletano quiso entrar en la cocina y se encontró “sin chicha ni limonada”. Pudo el Benavente conseguir el primero de los goles en un contragolpe llevado por Rubi que quiso combinar con Pepe, cuando debió de seguir él la jugada, y al final la defensa corta. El primero de lo goles visitantes llegaba a los 38 minutos, a Manu le roban la merienda y entre él y el meta Marco comenten penalti que además deja en inferioridad numérica a lo locales por expulsión de Manu. Castaño conseguía batir por el medio a Marco. Y fue todo lo que dio de sí la primera mitad esperando la reacción local en la segunda.
Pero nos quedamos con ganas. Al Benavente se le esperaba, pero no apareció, y eso que a los dos minutos de la reanudación un balón paseado por dentro del área vallisoletana no supo ser aprovechado por Rubi. Cinco minutos después, el jarro de agua fría. Rega se cuela por la banda derecha hasta la línea de fondo, ve venir a Castaño como una locomotora y le envía el balón para de fuerte golpeo hacer el segundo. En el 80 el tercero obra de Polín a pase de Christian. Y el definitivo 0 a 4 en el 89 nuevamente de Castaño. Mucho antes el Benavente ya se había quedado con nueve tras la autoexpulsión de Oscar Robles lo que supuso una serie de contragolpes visitantes que no supieron aprovechar.
¿Y ahora qué?. Esa pregunta es de esperar que tenga pronta respuesta en una semana de reuniones internas y donde el entrenador era cuestionado. O es así o antes de Navidades el Benavente será nuevamente equipo de provincial y por supuesto, esta solución no pasa por jugar con los juveniles, como muchos aficionados reclamaban. Estos, los juveniles, están en una categoría comparablemente superior y además no hay que meterles en esta guerra que ellos no se han buscado.
