EMPATE QUE VALE ALGO MÁS QUE UN PUNTO PARA EL VILKEN-MAÑANES

C.D ALHAMBRA DE GUIJUELO 2.- Luis, Iván, Diego, Juan Tomás y Ángel. Luego jugaron: Marcos, Alex, Montero, Sergio, Mario, Berti y Martín.

VILKEN-MAÑANES At. Benavente 2.- Javi Santos, Koeman, Alvarito, Chuso y Zorro. También jugaron: Héctor, Oli, Adrián, Jorge, Malaguti y Ángel.

Árbitros.- Zorita Buitrago y Díez Peralta. Amonestaron a los locales, Luis y Diego y a los benaventanos Chuso, Alvarito, Javi Santos y Oli.

Goles.- 0-1.- Héctor (8´), 1-1.- Ángel (22´), 2-1.- Juan Tomás (28´), 2-2.- Chuso (39´).

Empate que sabe a mucho el conseguido ayer domingo por los chicos de Santi Calero en tierras charras en casa del Alhambra de Gijuelo, en un partido que por las circunstancias de la clasificación se convirtió casi en una final de liga. Y es que los tres puntos eran importantes sobre todo para el cuadro local que mantiene una diferencia engañosa de cuatro puntos que se deberán recortar en la jornada de descanso que a los atléticos les espera. De ahí que la real, claro siempre y cuando el cuadro charro sume la victoria en esa jornada, sea de tan sólo un punto.

Y no se daban las mejores circunstancias para el choque, equipo charro, viaje y además en domingo con los precedentes dominicales que esta temporada han tenido los benaventanos, Salamanca F.S, C.D San José y ayer este Alhambra de Guijuelo. Una derrota y dos empates en estas jornadas del domingo.

Por eso los fontaneros, viajaban con cautela teniendo en cuenta que una victoria de los locales daría al traste con todo lo trabajado a lo largo de la temporada y que por méritos propios había colocado al fútbol sala en la élite regional y además había conseguido despertar al enfermo (afición) que llevaba varios años aletargado.

El partido fue a cara de perro. Ninguno de los dos quería perder, pero ambos querían ganar y ya se sabe que dos mismos polos se repelen, por lo que el juego no tuvo el desenlace en la grada esperada de este acontecimiento en el que ambos se juegan mucho y sin embargo es de esos partidos en los que la astucia y la táctica se hace más visible con lo que los banquillos ganan a los jugadores que están sobre el campo. Santi Calero y Luis Bodas hicieron echar humo a la pizarra a pesar de que casi mediada la primera mitad, el benaventano Héctor adelantaba a los atléticos y dejaba a los suyos con ventaja al descanso.

Los benaventanos dejaron entonces que fueran los charros los que llevaran la iniciativa en el juego, obligándoles a arriesgar e intentar sorprender a la contra para cerrar un marcador que les diera la victoria. Pero resultó ser un arma de doble filo y en una salida Javi Santos hacía falta al borde del área que incomprensiblemente uno de los árbitros dictó como pena máxima.

No encajó nada bien el cuadro benaventano esta decisión, que como consecuencia de tal, los de Guijuelo habían igualado por mediación de Ángel al transformar esa pena máxima antojada al colegiado. Los locales se metieron de lleno en el partido y los atléticos empezaron a sufrir, más cuando Juan Tomás consigue dar la vuelta al partido y alentar a una grada que desde entonces no paró de alentar a los suyos además de ver como a los de Santi Calero se les atragantaban una y otra vez las acciones de ataque. Llegaron ambos conjuntos a la recta final de partido con el límite de faltas cumplido y los benaventanos desperdiciaron una para hacer el empate a falta de dos minutos. Tampoco los nervios hacían mejorar a los locales que tuvieron un par de ocasiones para noquear al líder que tiró de casta y táctica para intentar paliar daños. Santi Calero optó una semana más por el portero jugador, ese que le había salvado la pasada semana ante otro charro, el Tres Columnas de Ciudad Rodrigo, y que volvió a hacerlo aquí. Corría el último minuto de partido, los últimos segundos, casi las últimas décimas cuando el balón merodea el marco de Iván sin que nadie acierte a despejar y en esas que andaba por esos lares Chuso que consigue un punto de oro para que el Vilken-Mañanes At. Benavente siga una semana más líder y sueñe con el campeonato.