DisCamino afronta hoy la cuarta etapa de la Transpirenacia con el Boucharo

Buen día el de ayer para todos los componentes de esa gran familia que conforma DisCamino. El puerto de Luz Ardiden se convirtió en lo que esperaban, esa dureza a través de sus duras rampas que para los ciclistas de DisCamino es un extra pero que como siempre consiguen hacer de ese extra historia. Tal como cuentan, el de ayer fue un día para recrear la vista con los increíbles paisajes que a la vez aminoraron esfuerzos.

Hoy toca la cuarta de las citas el Gavarnie Boucharo de 2.270 metros de altura y con una ascensión de 27,8 kilómetros con rampas de 10 al 11% desde los kilómetros 20 al 25. Un puerto también realmente interesante que no tiene historia Tour de Francia pero que DisCamino pondrá la suya particular.

Diario de A Bordo. Día 5. Cuarta Etapa.

DISCAMINO-2017. 14 … TRANSPIRENAICA … 14 KMS CON PENDIENTES DEL 7,41% DE MEDIA BAJO UN CIELO AZUL DE ENSUEÑO: PRECIOSO LUZ ARDIDEN

«Si alguna vez se le permitiera a DisCamino elegir un día para pedalear, elegiríamos el que hemos tenido hoy. Ha sido el día perfecto. Ni una nube, ni frío ni calor excesivo, sombras a lo largo de todo el recorrido y un grupo de lujo, de verdadero lujo en lo deportivo y en lo humano. Tan es así, que la dureza del puerto ha pasado casi desapercibida. ¡¡He dicho casi, eh!!

La de hoy será una crónica en fotos. Decir simplemente que todos salimos de Luz-Saint-Sauveur y que todos llegamos a la estación de esquí de Luz ARDIDEN. Silvia empezó pilotando a Ana, Mauro a Iván, Calis fue como siempre al lado de Borja, Xoana de bici de apoyo, Ramón conduciendo la furgo y yo pilotando a Isabel. A falta de 7 kilómetros para el final, es decir, aproximadamente a mitad de recorrido, paramos a comer algo y a hacer algún que otro cambio: Silvia pasó a bici de apoyo y Xoana a pilotar a Ani; Mauro se hizo cargo del triciclo de Isa y yo subí los últimos kilómetros con Iván. El puerto es muy duro y lo fue también para nosotros. Puedo decir, después de haberlo probado hoy, que subir con Iván es una locura. Se va a toda pastilla todo el rato y siempre pendientes del pulsómetro. Hoy llegó a 182 por minuto. Usando una expresión de Gerardo, diré que «está majareta de la cabeza». Por Javier Pitillas.