Segunda etapa de la Vuelta a Andalucía que discurrió por tierras de aceite y olivos
Segunda etapa, y nuevamente dura con el temido Peña del Águila, más de siete kilómetros de subida que al propio Alberto Contador también se le atragantaban en los metros finales. Ello obligó a los chicos de Discamino a entregarse a tope para superarlo, algo que por otro lado están muy acostumbrados.
Por Discamino.- «De nuevo una jornada cargada de emociones. A ver sino me dejó nada en el tintero.
Hemos empezado temprano, como es habitual. A las 06:15 en pie para desayunar a las 07:00. La señora del albergue ha tenido el precioso detalle de venir una hora antes a trabajar para darnos el desayuno con tiempo para que llegáramos a Torredonjimeno a la hora (había que hacer 100 kms de furgoneta para ello). Gracias a la señora, a las 10:05 estábamos ya sobre las bicis listos para cubrir el trayecto entre esa localidad y Mancha Real. Los ciclistas profesionales debían hacer 177’9 kms para conseguirlo. Nosotros, usando el Google Maps, nos dimos cuenta de que podíamos llegar al mismo sitio desde el mismo lugar haciendo sólo 40kms. Alucinante lo de este programa, ¿verdad?
Una vez en Torredonjimeno nos hemos enterado de que para llegar a Jaén, o se coge la autovía o te vas a dar la vuelta al mundo, el eterno problema de los que andamos en chismes de dos o tres ruedas sin motor. Javier Luque ha hecho lo que todo comandante haría por su tropa, buscar soluciones. Éstas llegaron en forma de la Vía Verde del Aceite: 18 preciosos kms entre Torredonjimeno y Jaén. Ese tramo lo hicieron Gerardo y Paula pilotados por Silvia y por mí.
En Jaén cambio de tercio. Ana e Iván subieron a los triciclos y salieron a la conquista de Mancha Real. Anita iba conmigo e Iván con Chema. Un paisano de la zona, amigo de Javier de Córdoba, nos quiso disuadir con el argumento de que el cruce de la ciudad era un engorro enorme por la gran cantidad de tráfico que encontraríamos y con el hecho de que el perfil era matador por los continuos sube y baja. La realidad resultó ser algo bien distinto: el cruce de la ciudad pasó en un santiamén y el anunciado rompe piernas nos lo merendamos sin sentir. Los paisajes del inmenso mar de olivos son algo que no creo que olvidemos jamás.
Una vez más hemos tenido que ir contrarreloj porque a las 14:00 llegábamos a Mancha Real y a las 15:00 como muy tarde teníamos que salir del regreso a Cerro Muriano. ¿Por qué? Pues porque nos esperaba hora y media de furgo, llegar al albergue, ducharnos y volver a bajar a Córdoba para estar a las 18:30 en un pequeño acto en Acpacys al que acudirían el concejal de Deportes, señor Antonio, y Martín, el responsable y del Área de Juventud de la Junta de Andalucía. Ha sido algo breve y sencillo presentado por Rafaela, presidenta del centro. Y, por si eso fuera poco, había que estar de regreso en el albergue a la 20:30 para cenar. Lo dicho, un sin vivir, pero…que maravillosa forma de hacerlo.
De entre todos los presentes en la charla, Guillermo, con su lengua de trapo ha sido el que se ha apuntado a hacer un camino con nosotros. Ya veremos si hacemos que todo cuadre. ¡¡Ojalá!!
Y para el final me he dejado dos cosas la mar de chulas. La primera ha sido la llamada de Jacobo Buceta para entrar en directo en su programa Hoy Por Hoy. Al margen de lo que supone para nosotros que se nos dé tanta visibilidad, ha tenido el hermoso detalle de ponernos en antena con el propio Álvaro Pino, piloto de DisCamino desde hace bien poco. Una enorme alegría recibir sus consejos y su abrazo para los que ya son también sus copilotos.
Y para el final he dejado algo que no creo que necesite más comentario que lo que la propia foto sugiere. ¿Existe alguna palabra que pueda embellecer o explicar lo que una imagen de amor dice por si sola? Mi opinión es que no y más cuando se trata de algo tan puro y hermoso como lo que siente Gerardo por Ana y Ana por Gerardo».
Hoy se disputa la tercera etapa de esta Vuelta a Andalucía y donde los ciclistas de Discamino realizarán todo el recorrido. Se trata de una contrarreloj de 12 kilómetros de recorrido en la localidad cordobesa de Lucena y cuyo recorrido es casi llano o picando para abajo a excepción de los primeros kilómetros.