El meta del Guardo, Gómez, y la mala puntería atlética llevan al Vilken a una nueva derrota.

GUARDO F.S 6.- Gómez, Amrani, Iván, Kuín y Albertín. Luego jugaron, Gorka, Luismi, Beto, Rubén y Héctor.

VILKEN MAÑANES 0.- Michi, Javi Cala, Mario Bolaños, Joselu e Ito. Luego jugaron, Ángel, Charlie, Chuso, Oli y Tomy.

Árbitro.- Prieto y Volpini. Expulsaron al benaventano Ito por doble amarilla (36´).

Goles.- 1-0 Amrani (8´), 2-0 Kuín (12´), 3-0 Amrani (32´), 4-0 Héctor (35´), 5-0 Héctor (36´), 6-0 Rubén (38´).

Fue una nueva goleada, pero de otra forma distinta a la del inicio liguero ante el Albense. Los puntos cuentan igual y la mejoría en el juego no entiende de casilleros con lo que los benaventanos siguen siendo colistas con cero mayúsculo.

Nadie dijo que esto iba a ser sencillo o fácil, pero tampoco pienso que es para estar en la zona de debajo de la tabla. Se conocía la complicidad de un calendario en las cinco jornadas iniciales, pero también es cierto que esos cinco rivales, a tenor de los refuerzos fontaneros, también deberían temer al conjunto atlético.

Seguro que presidente atlético cuando elaboró el equipo, no pensó ni por asomo estar en las condiciones que actualmente se encuentra su primer empeño. Trece goles en contra y tan sólo dos en el haber es la cifra en la que se maneja este Vilken que no nos cabe duda de que cambiará el chic y dejará en cancha todo aquello por lo que muchos benaventanos y gentes de la comarca han apostado por ellos.

Que nadie crea que por destacar los errores con palabras como VERGÜENZA, aunque colocando de forma seguida entre paréntesis la de RUBOR, por si alguien no sabe entender entre líneas, deseamos todos los males al club atlético. Que nadie lo piense ni lo más mínimo, ni siquiera por asomo, como demuestra el seguimiento y el optimismo que hemos realizado y el enviado a los seguidores atléticos desde este medio a lo largo del verano. Quizá hemos pecado, que lo dudo, de vender humo donde no lo hay. Pero es que lo hay y como para un incendio portentoso.

Lo del Albense fue “vox populi” de la inmensa mayoría que estuvieron en las gradas de la Rosaleda, incluso de los muchos que se fueron mucho antes de terminar el encuentro. Eso es lo que no se debe de repetir por mucho forofismo que desprendan unos colores. Si el color que se ve es blanco no se puede decir que es negro, hay que decir que es blanco por mucho que nos duela.

Del Guardo se sabe que es un gran equipo y que quizá no era la mejor plaza para salir airoso de una nueva corrida, como ha demostrado a lo largo de las últimas campañas en su paso por la Rosaleda debido a las excelentes relaciones que ambos clubes mantienen. Pero seguro que el Guardo también temía y mucho a este nuevo Vilken que está por explotar.

Tuvieron mucha más chance que los benaventanos y aprovecharon mejor sus oportunidades, mientras que el equipo de Calero era incapaz de hacer gol a pesar de sus intentos. Como se dice en el argot infantil: hicieron internacional a su portero Gómez aunque ya de por sí es sobrada y conocida su valía.

Si el partido está igualado y tus ocasiones no las metes y mientras ves como el rival está más acertado, al final comprendes un marcador que es, este sí, bastante engañoso aunque no deje de ser un 6-0 que es lo que cuenta y lo que se lee en letras grandes.

Luego con todo perdido tras el tres a cero, al banquillo no le queda otra que intentarlo o entregarse y de éstas rara vez consigues salir airoso más cuando el cuarto te pilla en inferioridad por una expulsión. Puede sonar la flauta, pero en contadas ocasiones lo hace, con lo que al final explica el abultado seis a cero final que a pesar de que intentes explicarlo o justificarlo de alguna manera las respuesta casi siempre es : sí, pero qué?.