Castilla y León campeona de España de campo a través con Eduardo Martínez

Miro la lista de la convocatoria de la selección de Castilla y León para la disputa del Campeonato de España de campo a través que se disputa en Alcobendas (Madrid) y por fin encuentro la recompensa a todo un esfuerzo por estar aquí. Atrás quedan tantos y tantos momentos vividos en los que me temí que el tren de lo que yo quería se me pasaba de largo, que no me esperaba. Lesiones, malas condiciones físicas, bajones de moral y malos ratos ponían el punto y final de una vez por todas. En este papel estoy con los mejores del momento de nuestro cross y leo Roberto Alaiz, Dani Arce, Javier García, Javi Guerra, David Martínez, Dani Mateo, Dani Sanz y Javi Abad, a algunos casi que los tengo que tratar de usted, pero me lo he ganado a pulso el poder estar con ellos. Ahora llega el momento por el que tanto he trabajado, por el que tanto he sufrido y pos el que tanto me he sacrificado. Sin quererlo viajo en el combinado favorito para proclamarse campeón de España con permiso de Cataluña y sé que debo darlo todo.

Me toca de compañero de habitación Javi Abad. Lo miro una y otra vez frotándome los ojos como si fuera un sueño, pero no lo es. Llega la hora de descansar, de velar armas para el día D, mi día. Mi sueño no es cómodo mientras mi mente repasa una y otra vez cómo será la carrera. Me imagino con éstos grandes, y con los otros que lo son pero que son “mis enemigos” y a los que bato una y otra vez en mi imaginación y por fin me duermo.

Suena la hora, llegó el día de la verdad, el momento en el que un deportista puede llegar a tocar la gloria y me miro en el espejo. Me doy cuenta de que algo no va bien, que las sensaciones no son nada buenas y mi cuello denota que aquellas dificultades pasadas vuelven a sobrevolarme. Mi cabeza estaba casi inmóvil fruto de una tortícolis que había viajado también en esa lista y quería un papel principal en mi carrera.

De repente sabía que estaría en inferioridad, pero era mi carrera y debía de estar en ella. Las sabias manos del fisioterapeuta de la selección quisieron entonarme, aminorar mi dolencia y ponerme a tono para los 11.700 metros que tenía por delante. Pasaban las horas y la carrera estaba cada vez más cerca, pasaban los minutos, los segundos y mi cuello seguía empeñado en que no fuera yo, ser él. Sin tiempo para calentar, me veo inmerso entre los participantes en el grupo trasero y de repente oigo: “preparados, listos……” y un pistoletazo que pone en marcha los treinta y tantos minutos más importantes de mi temporada. Pronto veo que no voy, que las molestias siguen ahí amarradas a mi cuello como queriendo estrangular mientras que los de adelante se van, se van, se van…. Me retuerzo intentando resetear mi cuerpo, pero no puedo. Mi pierna derecha le pide un esfuerzo a la izquierda y a su vez la izquierda se lo pide a la derecha, no puedo. Pienso en toda esa gente que ha depositado su ilusión en mí, en mis compañeros que luchan por estar en lo más alto al final de carrera, en los que me quieren, los que han venido a verme y me empujan con sus voces a cada vuelta, en los que no están aquí pero está allí, en mi equipo Solorunners que me ha dado la oportunidad de estar entre los mejores, en mi entrenador Oscar que tanto me aguanta, en mi patrocinador Mauco, en mis paisanos que desde lejos me envían el aliento para llevar mejor cada una de mis zancadas, por todos ellos hice un esfuerzo extra.

Mis 38,33 de tiempo, me hunden al final de la prueba, otros como el excampeón de España Alemayehu Bezabeh no consiguieron acabar. Es un tiempo que no me merezco a pesar de tener que haberme amoldado a una distancia nada habitual para mí, pero está muy lejos del objetivo que me había planteado antes de esta maldita compañía. Subo al pódium acompañando a mis compañeros que se lo han ganado en carrera y me da rabia. Siento que ellos han ganado por mí, algo que en pista me han negado, pero no encuentro momento para esbozar ni la más mínima intención de sonrisa. Soy campeón de España y en mi cuello cuelga la medalla que me distingue como tal, pero siento el amargor de no habérmela ganado con lo que más me gusta, luchando de tú a tú con los mejores.

El cuarto puesto de Javi Abad, luchando la medalla de plata individual a Antonio Abadía hasta la misma línea de meta, la sexta de Javi Guerra preparando su disciplina de marathón, la novena de Dani Mateo, la undécima de Roberto Alaiz que venía de la pista, decimosexto y decimoséptimo de Javi García y Dani Sanz nos otorgaron los 63 puntos que nos daban vencedores por autonomías, por delante de Madrid con 110 y Cataluña con 118.

La carrera fue vencida por Ilias Fifa representando a Cataluña con 36,17 pero con nacionalidad marroquí, siendo por lo tanto Mohamed Marhoum, nacionalizado español, nacido en Fnideq (Marruecos) y defendiendo al combinado de Madrid el nuevo campeón de España por delante del aragonés Antonio Abadia y el burgalés Francisco Javier Abad.

Un campeonato en el que también participaba el Benavente Atletismo en categorías master con José Carlos Charro (83) en M-45, Ángel Luis Carrión (44), Luis Fernando Pérez (65) en M-50, Jesús Manuel Manrique (7) en M-55 sobre una distancia todos ellos de 6.250 metros y José Ángel Rabadán (89) sobre 8.050 metros.

No fue sin lugar a dudas el final esperado por el atleta de San Pedro de la Viña, el único de los representantes zamoranos en la cita absoluta, y por eso el sentimiento de haber perdido la oportunidad cuando uno la tiene al alcance la mano es errónea. Pero hay que estar ahí, y no lo está cualquiera. Ese espacio está reservado para los currantes y no hay mejor manera de cerrar este repaso al XCVII Campeonato del España de Campo a Través que con una cita como ésta “Cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y por eso la vida vale la pena”. Pablo Coelho.